Este tortrícido es quizás la plaga más importante del cultivo del viñedo en nuestro país. También se le conoce como gusano de las uvas, hilandero, etc. Hay además otras especies que son conocidas como polillas del racimo, entre
las que podemos citar: Eupoecilia (Clysia) ambiguella y Cryptoblabes gnidiella.
Morfología y biología
El adulto tiene unos 12 mm de envergadura y las alas de color marrón con diversos tonos claros y oscuros. La larva es de color verde a veces marrón con cabeza de color pardo. La pupa está protegida por un capullo sedoso de
color blanco. Los huevos son amarillentos y aplastados, encontrándose de forma aislada sobre los frutos, semejando una pequeña gota de cera. Inverna en forma de crisálida escondida en la corteza de las cepas y también se
puede encontrar en el suelo o en los márgenes.
Larva de Lobesia botrana
Pupa de Lobesia botrana
Los adultos emergen en primavera de forma muy escalonada y vuelan en el crepúsculo. La puesta de huevos en la 1ª generación es sobre la corola de las flores. Cada hembra pone de 50 a 80 huevos que eclosionan en una semana aproximadamente.
Las larvas viven en los racimos uniendo con hilos de seda los botones florales, formando masas. Pupan en las hojas o en la corteza de las cepas y sale una nueva generación de adultos.
Las 2ª y 3ª generaciones de adultos hacen la puesta sobre los granos, preferentemente si están lisos y secos, buscando zonas sombreadas y al abrigo de la desecación. La presencia de humedad o polvo de azufre en los racimos
evita la puesta.
Adultos de Lobesia botrana
El número de generaciones puede ser de 2 en las regiones de clima más fresco y de 3 en las regiones mediterráneas y del sur, aunque puede variar según el clima de cada año. El óptimo de humedad para el desarrollo de Lobesia
botrana está entre el 40 y el 70%, mientras que para Eupoecilia (Clysia) ambiguella supera el 75%.
Son factores importantes de mortalidad la sequedad y las altas temperaturas del verano que pueden producir gran mortalidad en los huevos.
El umbral de desarrollo para las larvas es de 10 OC. El fotoperiodo determina la entrada en diapausa, los insectos procedentes de huevos puestos con posterioridad al mes de julio entraran en diapausa al llegar a crisálida.
Todos estos factores climáticos influyen en la evolución de la plaga y por tanto en los daños que pueda producir, ya que estos son mayores con tres generaciones anuales.
Daños
La 1ª generación causa daños a los botones florales y flores, pero son de escasa importancia ya que no afectan a la cosecha en cantidad ni en calidad.
Las 2ª y 3ª generaciones producen daños directos en los granos al penetrar en su interior y alimentarse de ellos. Esto se traduce en una pérdida de valor comercial de las uvas.
El daño más importante que producen las larvas de la 2ª y 3ª generación consiste en que las heridas que abren en los frutos, son vía de entrada para podredumbres del racimo (sobre todo Botrytis) que pueden llegar a ser muy
graves.
Granos de uva dañados por Lobesia botrana